sábado, 3 de noviembre de 2012

En el Sendero del Coaching...¿Qué es articular un quiebre?

 (Reflexiones de un coach: Juan Pablo Contreras, supervisor ACP Chile 2011)

Pensemos por un momento que un coachee es un ser humano que vive “atrapado” en su particular visión de la realidad. Sus juicios, sus paradigmas, sus incompetencias conversacionales y lingüísticas le restan posibilidades en su vida…solo que él (o ella) habitualmente “no se da cuenta de esto”…”no lo sabe”….o más bien “no lo puede ver dado el observador que es…es decir, es “transparente” para sus ojos.

Imaginemos que cada uno de estos “supuestos”, “juicios maestros”, “no pedir”, “no ser oferta”, etc fueran verdaderos “barrotes” que van rodeando la “pequeña” vida del coachee y fueran conformando una celda que –sin saberlo- fuera constituyendo “el mundo del coachee”….

El proceso de coaching tiene que ver quizás con acompañar al coachee a “pintar” poco a poco esos barrotes, hasta ahora, inexistentes para el…como si coach y coachee –brocha gorda en mano- fueran a través de la conversación y de la danza del coaching dando “color” a estos barrotes a través de sutiles, irreverentes y poderosas preguntas que nunca se ha hecho…

Y podría ser que una vez “pintada” la jaula e identificados los barrotes, el coachee, a la luz de su “pequeño mundo” podría tomar la decisión o no de atravesarlos, sacarlos o aprender a convivir con ellos…

El proceso de “pintar los barrotes” que aquí expreso, puede ser visto como el proceso de “articular un quiebre nuevo”…tiene que ver con invitar al coachee a “ver” a través de preguntas, interpretaciones poderosas y  mucha  compasión,  algo que -dado el observador que era hasta antes del coaching- era imposible para él distinguir.

Habitualmente cuando esto ocurre, el coachee accede a un nuevo nivel de aprendizaje, uno que va más allá de las historias, relatos y acciones en la que el coachee vive inmerso, un espacio nuevo, que fundamentalmente lo invitará a observar como observa, a mirarse “desde el balcón” y a abrir un mundo nuevo de distinciones que esta vez lo incluyen de manera diferente.

Esto es lo que llamamos un aprendizaje de segundo orden ( que incluye al observador que aprende) versus al aprendizaje de primer orden (que sólo considera ampliar las acciones posibles sobre la realidad, sin cuestionarse ni un segundo el cómo yo veo lo que veo).

A la luz de esto, la articulación del quiebre tiene que ver con conversar de la diferencia entre el quiebre que declara el coachee de entrada (problemas, inquietudes,  insatisfacciones, dificultades, desafios, etc) y lo que es ARTICULAR (conversar) un quiebre “nuevo”, que viene a hacerse cargo o ESTA A LA BASE del “quiebre inicial” con el que llegó. (es como mirar a nivel ontológico que “hace” que esto le “ocurra” al coachee…)

En esta conversación siempre es el coachee el que está al centro…no es una conversación de “por qué la gente no pide ayuda”….es una conversación de     ” que te pasa en la vida que no elijes pedir ayuda”…

Usualmente esta articulación viene luego de que como coaches le hemos regalado, ofrecido al coachee interpretaciones (nuestra mirada puesta al servicio del aprendizaje del coachee) que le abren (ojalá…) un mundo nuevo de posibilidades basados en nuestras interpretaciones y en los modelos del coaching ontológico. Este paso previo, es como “comenzar a pintar el barrote”…es comenzar a pegar un salto hacia el espacio ontológico, hacia el espacio del ser, saliéndonos de las historias y los relatos usuales…

Es en la articulación del quiebre donde aparece una “conversación más grande” que incluye al ser y que habitualmente el coachee no ha tenido oportunidad de sostener...dado el observador que es.

Aquí es donde nos topamos, con coraje, con aquello que el coachee “podría necesitar aprender en la vida”…a nivel del ser, no a nivel de las acciones (esto sería solamente un “coaching para la acción”).

El quiebre se articula entre los dos y la articulación LA DEFINE EL COACHEE. El  coach sólo acompaña y sostiene este espacio usualmente con cuerpo, presencia, irreverencia gentil, amor y mucha compasión.

El coach le “propone” si quiere al coachee un “lenguaje” o ciertas distinciones para ponerle un “nombre” a aquello “que le pasa en la vida”…es como ponerle un titular al quiebre y siempre dejando que el coachee tome las palabras que le hacen más sentido… ( es aquí donde nuestro “puñado” de distinciones pueden ayudar, o los modelos del coaching ontológico, o la forma como lo vemos desde nuestro observador…).

Aquí le “ponemos nombre” a lo que le pasa en la vida que hace que pase lo que pase… o bien que no pase lo que ansía vivir…

Algunas frases que ejemplifican este momento:

“Entonces después de todo esto que hemos hablado, qué dirías tú que es lo central para ti”
“¿Qué es aquello de lo que necesitas hacerte cargo?”
“¿Qué nombre le pondrías, o cómo le llamarías a esto que te pasa en la vida y que no te ha dejado hacer…?”


Ejemplos de articulaciones:


Quibre Inicial
Quiebre Articulado (nuevo para el coachee, “transparente para él dado el observador que es”) Posibilidades.
“Hace mucho tiempo en la vida que ando agotado, estoy lleno de cosas, no tengo tiempo, no sé por que la vida me trata así, yo hago lo mejor de mi y termino reventado”
No se decir NO.
No sé poner limites
No sé pedir ayuda
Necesito aprobación del resto y para eso hago todo lo que me piden, etc

Quibre Inicial
Quiebre Articulado (nuevo para el coachee, “transparente para él dado el observador que es”) Posibilidades.
“Estoy preocupada por que estoy sin trabajo, he mandado CV’s para todos lados y no pasa nada…(Nótese que este quiebre igual nos abre posibilidades de acción (aprendizaje de 1er nivel, sin embargo no nos da mucho espacio para una reflexión a nivel más ontológico o del ser)
“me doy cuenta que no tengo redes de ayuda y que no me es fácil abrir conversaciones de posibilidades con otros” (aquí aparecen posibilidades que están a la base de resolver el tema de su preocupación por no tener trabajo, pero que van a temas “más grandes” que involucran una forma de ser y estar en el mundo)

Luego de articular usualmente viene a mi juicio un momento crucial en el coachee y en el coaching…, que es sostener este “darse cuenta”…, el proceso a través del cual su observador comienza a percibir los costos que para su vida ha tenido el vivir en ese lugar… Es un momento de fuerte carga emotiva y que es importante acompañar para que el coachee “acopie” las fuerzas necesarias para energizar su proceso de transformación.

Luego de esta danza, el coachee de cuenta de las posibilidades que se le podrían abrir si tiene el coraje de ampliar su observador y realizar nuevas acciones corporales, emocionales y lingüísticas en el mundo….desde este “otro” observador…

Los barrotes continuarán pintándose… y el coachee puede elegir dar el paso hacia nuevos espacios de libertad….

 Con cariño, los abrazo
jp

jueves, 2 de agosto de 2012

La Aventura con Mila

Mi mejor panorama es quedarme con mi nieta Mila de casi 8 meses. Así había sido la noche anterior, pues mi hija Pamela tenía un compromiso de trabajo. No me importa levantarme para mudarla y darle su mamadera.  Es nuevo en mí, pues con mis hijos me lo viví más pesadamente, y no tuve a mis otros nietos en Chile, perdiéndome esta cotidianeidad. El babysitting se extendió para el siguiente día…  Dado que tenía un cheque disponible por unos honorarios, necesitaba  ir al centro. No encontré nada mejor que inaugurar el primer viaje de Mila en Metro al centro de Santiago.

Ahí comenzó la aventura…
Me fui en “coche”. A pie y ella en su súper coche.  Llegamos al metro Tobalaba de L.Th. Ojeda y …  sólo escaleras!. Un joven se apiadó de nosotras, y la bajamos a pulso. Yo en gratitud.  El coche no pasaba por el aparato donde se pasa los tickets… Quiebre!!!. Me acerco a un guardia y él me abre una puerta de los funcionarios….me hace pasar… a la mala… y…, otra escalera para bajar al andén. Le pido al funcionario para que me ayude y dice que no está autorizado. Me sugiere que le pida a un “usuario”. Eso hice…y llegamos.. UF!  por fin.Viajamos en una hora que no fuera peak. Así fue…y todo bien.

Mila miraba y veía esto como un juego…sube y baja. Lo mejor! Llegamos a la estación La Moneda. …. Quisimos salir…y el coche tampoco cabía… sube y baja. Nuevamente con la buena voluntad de..." los usuarios".

De vuelta, veo que en la vereda Sur de la estación La Moneda, está la casa matriz de El Metro. Decido ir para que me orienten, cuales son las estaciones que tienen asensores. Voy a recepción y la encargada, no tiene claro cuales son esas. Pido ir a dejar una sugerencia… y me manda al subterráneo.  Pregunto: ¿el ascenor?... y... o sorpresa!!! … NO HAY ASENSOR ¡!!
Un guardia me dice que vaya  a la estación Los héroes…

Yo me preguntaba… qué hacen los discapacitados… la tercera edad, , las mujeres que tienen que cargar a los niños cotidianamente, para poder trasladarlos en este SUPER METRO!!??? Desarrollarle los músculos a los "usuarios"? Este país está en el mismo rango que los países desarrollados del avejentamiento de la población. A ponerse las pilas!!

¿Cómo fue el epílogo de esta aventura? En la estación  “Los Héroes” … ascensor,  puerta especial, … botones… MATRIX!!! Fue abrir de nuevo la esperanza del desarrollo… y llegamos al tren.
Me fui a la estación Tobalaba,  pensando que por ser estación de combinación, era obvio que tendría ascensor. Aprendizaje: nada es obvio. 

Sigo en gratitud con todos esos “usuarios” que estuvieron dispuestos a usar sus biceps y soltarme sus maletines confiadamente.  Indignada con este “tigre” subdesarrollado.
Y Mila sin percatarse de lo que significa ser bebé hoy en Chile, y menos de los discapacitados y los ancianos!
Este tobogán… la hizo dormir!!

lunes, 11 de junio de 2012

Manifiesto de Otoño

Cristián Warnken, 10 de Mayo de 2012
Le pido a una vecina que, por favor, no barra las hojas de otoño que se han acumulado estos días en nuestra vereda común. Me mira extrañada. Sonríe. Comprendo que sea difícil entender a un vecino que defienda el derecho de las hojas de los liquidámbares y los “ginkgo biloba” a permanecer ahí, para ser contempladas, para ser pisadas (algunas crujen), para jugar con ellas. Las hojas del otoño en nuestra ciudad desafían nuestros intentos de tener todo bajo control. Innumerables hojas amarillas, rojas, castaño, caen y caen sin tregua, como diciéndonos: “Todo cae, pero caer es hermoso. Eres también una hoja de tu propio otoño, batida por el viento, déjate caer”.


Somos pasajeros. Destellos en la noche. Pensamos que aceptar eso con resignación significa asumir una humillante derrota, la derrota ante la finitud y la muerte. Pero el mismo otoño —gran maestro de las estaciones— se encarga de enseñarnos que envejecer y declinar es bello. El otoño no se hace implantes ni liposucciones a sí mismo. No busca prolongar artificialmente la primavera, esplende con el máximo de intensidad en el momento mismo de eclipsarse, igual que las estrellas que, cuando colapsan, estallan en un espectáculo pirotécnico de adiós. El cielo se ha encargado de hacer del ocaso una fiesta y no un funeral. ¡No barramos las hojas de este otoño, dejémoslas el máximo tiempo posible acompañarnos en nuestro fugaz paso por esta tierra! Si los niños no pisan las hojas de otoño desde temprano, ¿qué tipo de adultos serán mañana? La mayor parte de nuestras neurosis, frustraciones, rabias y falta de sabiduría para vivir nacen de que nadie nos ha enseñado a envejecer y a morir. Salvo el otoño.

Pero para mirar y aprender de las alfombras de hojas, hay que tener tiempo. ¿Y quién tiene hoy tiempo? No tenemos ni tiempo para detenernos para entender que nosotros mismos somos el mismo tiempo que se nos va. En estos días vertiginosos, en que malgastamos la poca vida que nos fue dada en tacos interminables, en correr de asunto en asunto, de “evento” en “evento” como sombras, y en que hemos dejado de vivenciar la vida como el mayor acontecimiento de todos, es bueno arrimarse a un árbol de otoño. Permanecer junto a él lo más que podamos y decir como Fausto, embelesado y redimido ante Helena: “El espíritu no mira ni hacia delante ni hacia atrás. Tan sólo el presente es nuestra felicidad”. Es interesante que el arquetipo del nihilista, el Fausto que no sabe gozar del presente —salvo en este diálogo con Helena y en la escena final de la obra— y es devorado por sus deseos insaciables y el futuro, encarne por un momento lo que el mismo Goethe llamó “la salud del momento”.
Mientras miro embelesado caer las hojas de los árboles de este otoño, compadezco a los que veo correr desaforadamente tras un éxito ilusorio y vano. ¿Qué Presidente de la República, político, empresario o estrella de rock tiene tiempo para perder deambulando entre las hojas, con amigos y no con asesores o guardias personales? ¿Cuántos de nosotros mismos no estamos secuestrados por nuestros propios éxitos?

Pregúntate dónde está “tu” otoño, cuántas hojas contaste en la vereda de tu calle, y serás mejor gobernante, mejor empresario, mejor artista, mejor hombre. No es en las encuestas, en los “focus groups”, en los indicadores económicos, en los gráficos de fastidiosos y monótonos “power-points” donde están las respuestas. La respuesta, como dijo Bob Dylan —que está cantando mejor que nunca a sus 70 años—, “está temblando en el viento”. No es cierto que para ser un mejor país necesitamos sólo más “emprendedores”—como se repite tanto hoy—. Lo que el mundo necesita hoy con urgencia son más contemplativos, más sabios, más habitantes del instante, más guardianes del otoño. Por eso, querida vecina, no barra esas hojas, que no son hojas sino espejos, letras de un alfabeto inmemorial que de nuevo debemos aprender a leer, para volver a ser.

(Fuente)

Sentido de escribir... sentido de vida!


Llevo algunos años gozando con la activación de la pluma. Creo que responde a una necesidad además de expresión a mi necesidad de compartir lo que pienso, aprendo, sintetizo. Cada vez que veo, asisto, me llega a mis manos algo que considero poderoso  lo junto con mi experiencia, y me cosquillea “la tecla”, para escribir y socializar lo vivido.

En este devenir de la escritura, he pasado por  escribir artículos en revistas femeninas, en diarios de distribución masiva,  guías prácticas de temas varios, hasta papers y artículos para el aprendizaje del coaching.
Lo que los une son mis ganas de compartir mis aprendizajes, y que nada quede solo en mi memoria, pues allí vive y allí muere!

Este está siendo uno de mis espacios donde despliego todos mis escritos en los últimos años. Los mas personales y también los más técnicos. Este año  ha tenido poco alimento, y no es por la falta de  tinta… he estado en un nuevo proyecto personal: ESCRIBIR UN LIBRO!
Decirlo tan públicamente me abruma su poco. Tengo una mezla de varias emociones. Pasión, alegría, ambición, miedo, coraje…  Y me han estado visitando varios de mis monstruos: la crítica, la inconstante, la superficial, a insuficiente… Las invito a tomar el té, claro que no voy sola… también vienen,  la divertida, la juguetona, la poderosa y la seductora. Hemos hecho unas fiestas muy entretenidas!.

Decirlo públicamente también me compromete, conmigo y con los que leen este espacio. Lo he hecho con mis alumnos, mi familia, y también con mis colegas para envalentonarme. Es un libro sobre Experiencias de Coaching. No tiene mas pretensión de poner en el papel mis 10 años como coach, también como coach de coaches. Y mis 25 años de práctica de la Ontología del Lenguaje. 

Por el momento seguiré subiendo artículos de la práctica del coaching,  que son apuntes que comparto con mis alumnos de profundización en coaching, artículos de otros "plumistas" y otras locurillas!

martes, 24 de enero de 2012

EL ESCUCHAR EN EL COACHING (editado 11 Junio 2012)


El corazón del coaching está en saber escuchar. Y esa es la clave incluso en toda interacción humana. La escucha en el coaching es algo diferente y es por eso que aquí haremos alguna distinciones.

Decimos que escuchar es Oir o Percibir mas Interpretar. Eso en todo fenómeno humano, mas el escuchar del coach tiene su particularidad.

Como observadores particulares siempre está presente nuestras emociones, nuestra corporalidad y nuestro lenguaje y mucho mas. Quizás la específico de la escucha en el coaching esta en “desde dónde escuchamos”.

Cuando un coachee nos trae un quiebre es inevitable, como seres lingüísticos que somos, que hagamos interpretaciones desde el observador que habitamos.
La diferencia en el coaching está en transformarnos en observador de este observador que somos.  Estar consciente de ello, y poder administrarlo, y conectarnos legítimamente con lo que el coachee nos trae.

Haremos varias distinciones del la escucha en el coaching:

En primer lugar, hablaremos de una Escucha Reverencial

Donde la EMOCION a la base es la COMPASION, la EMPATÍA  y la CONTENCION .  Tiene que ver con escuchar al otro “como legítimo otro”, como dice Maturana. En un territorio de igualdad. Desde un espacio de Apertura. Y también de Respeto. A eso le llamamos legitimación. Es estar abierto/a lo que el otro me trae como interpretación. Necesitamos escuchar un rato sus propias historias e interpretaciones de éstas para entender desde donde interpreta lo que interpreta, y como se vive la vida desde esas miradas.

Es escuchar con preguntas desde un lugar exploratorio.
Es poder dejar entre paréntesis por ratos mis propias interpretaciones como coach. El escuchar reverencial, no significa estar de acuerdo con lo que el coachee nos trae. Se trata de entender y acoger su mirada.
Eso lo hacemos desde preguntarnos inicialmente:

¿qué será lo que le inquieta a esta persona?
¿qué hace que esto sea un quiebre para el/ella?
¿cuál será su historia de lo que lo aqueja?
¿dónde habrá aprendido esta manera de vivir?
 ¿qué necesitará aprender?... Y desde ahí escuchar lo que nos trae.

También este espacio reverencial, tiene un CUERPO. La conexión desde la postura, la mirada, la expresión, una distancia/cercanía que hace que el/la coachee se sienta en confianza y que es escuchado sin ser juzgado, invadido. Es escuchar su tono, su velocidad.

Le agregaremos e esto,  el CONTEXTO que es parte de la legitimación del coachee.  Crear un espacio donde esta escucha sea contenida. Un lugar acogedor, privado, sin interrupciones.

Esto ya lo hemos tocado en el capítulo anterior y es relevante volver a traerlo en el contexto del “escuchar del coach”.

Desde lo lingüístico, la escucha es relevante tanto desde las preguntas que nos hacemos, como de los silencios que dejamos para que el coachee tenga tiempo para procesar, darse cuenta, desarrollar su propia interpretación de lo que está viviendo.

Escuchar no significa sólo estar en silencio, pues a veces el coachee habla en exceso  como mecanismo defensivo, para no dejar entrar nuevas miradas que lo pueden sacar de su “zona de confort” aunque sea de disconfort, pues es lo que conoce y ha aprendido.


Ejercicio 1: Escuchar reverencial
Se juntan en parejas.
Se conectan con el escuchar.

Instrucciones
·      En parejas: Coach – Coachee
·      Frente a frente
·      Se  van a conectar con la persona que tienen al frente.
·      Coachee hable y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones.
·      Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio.

La pregunta para el coachee es:
Antes de cada pregunta, se conectan en silencio por un minuto con el coachee, frente a frente.
Coachee habla durante 2 minutos acerca de la pregunta:

      i.         Quien estoy siendo?
·      Respiran juntos  y  se conectan con la persona que tienen al frente.
·      Coachee cuenta  y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones.
·      Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio.
·      Y cambian de rol.
·      Termina el tiempo,  se agradecen y se despiden
·      Cambian de pareja.
   
  Se arman nuevas parejas:
  Definen quien comienza siendo coach/coachee.

    ii.         ¿Cuáles son mis sueños hoy y para adelante??
·      Respiran juntos  y  se conectan con la persona que tienen al frente.
·      Coachee cuenta  y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones.
·      Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio.
·      Y cambian de rol.
·      Termina el tiempo, y  se agradecen y se despiden.
·      Cambian de pareja.

Se arman nuevas parejas:
Definen quien comienza siendo coach/coachee.


  iii.-    ¿A qué me estoy atreviendo?
·      Respiran juntos  y  se conectan con la persona que tienen al frente.
·      Coachee cuenta  y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones.
·      Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio.
·      Y cambian de rol.
·      Termina el tiempo, y  se agradecen y se despiden.

Se recoge. ¿Que les paso escuchando y ser escuchado desde ese espacio? ¿Qué aprendieron?


2)Un segundo nivel de escucha se basa en:

ESCUCHAR = OIR/PERCIBIR E INTERPRETAR

En el coaching esta declaración tiene que ver con desafiar el mundo interpretativo del coachee frente a un quiebre. Es justamente lo que no lo/la hace moverse o entramparse en sus propias coherencias. Ahí los coaches tenemos un rol fundamental, desde ser un observador diferente, y  desafiar este mundo interpretativo.  Por lo tanto parte de le escucha es hacer preguntas.

Desde lo lingüístico, ahí comienza la indagación incluyendo la mirada del coach, lo podemos hacer con preguntas sobre su historia, sus aprendizajes, sus emociones, las generalizaciones que hace el coachee a partir de un evento, distinguir el fenómeno de la explicación, etc.
Podemos poner nuestras interpretaciones a través de preguntas.

Desde el cuerpo,  es seguir observando sus movimientos, sus silencios, sus gestos, y también de intervenir con alguna experiencia que acoja el juicio maestro que esta  escuchando el coachee, una experiencia emocional, o lingüística con cuerpos diferentes. Realizar una experiencia en el contexto del coaching se sale del mundo lingüístico y lo pone en el espacio vivencial, vivir  lo visto, y no solo hablar acerca de…

Desde el mundo emocional, ya comienzan a escuchar juicios recurrentes que lo lleva a ciertas  emociones y poder indagar, en esos juicios que los predispone a esa emoción y a esas acciones. Nuevamente es legitimarlas. Aparece  la tentación de querer sacarlo de la emoción que está viviendo, y que está escuchando.  Aquí el coach tiene un rol fundamental en la escucha de la emoción, Es aprender a habitar la emoción que le produce el quiebre que trae el coachee. Es un espacio del escuchar que produce el mayor aprendizaje en el coachee. La aceptación de lo que está viviendo. Solo desde ahí pueden construir coach/coachee un espacio de aprendizaje.  

3.- El límite del escuchar en el coaching :

“El otro dice lo que dice y yo escucho lo que escucho”.

No podemos escuchar sin que lo escuchado pase por nosotros.  Por lo tanto siempre habrá una brecha entre lo dicho y lo escuchado.
La importancia de esto en el coaching es achicar esta brecha. Y tener claro que nunca el coach sabrá lo que el otro dijo, solo sabrá lo que escuchó lo que abre un espacio para el misterio, el asombro y la humildad.

El tener presente que lo que escuchamos es otra interpretación, la nuestra, por lo tanto No es LA VERDAD.  Es por eso que poner nuestra mirada desde un lugar exploratorio es tan relevante, y de chequearlo con el coachee. Si al coachee no le hace sentido podemos soltarlo, aunque escuchemos que ahí hay algo importante que no está viendo. Lo podremos retomar más adelante, cuando la conversación esté quizás mas madura.

Por lo tanto en una conversación de coaching siempre habrán dos escuchares actuando al mismo tiempo: la del coach, la interna, y lo que los trae el coachee. La conversación del coach no impide que escuche lo que trae el coachee.

Los peores enemigos del coach es decir “Yo ya sé lo que le pasa” al, de enamorarse de sus propias interpretaciones.

Una destreza del coach, es poner la atención en las dos escuchas.


Ejercicio 2:  de práctica de foco y atención múltiple:
1.- Poner la mirada en un punto. Poner la atención ahí.
2.- Con la mirada en el punto, poner la atención en otro lugar, sin mover los ojos
3.- Volver a poner la atención en el punto original.
4.- Y así jugar con diferentes amplitudes de mirada, sin perder la atención en el origen.

Esto es ejercitar desde el cuerpo, desde la experiencia focalizar y desenfocar al mismo tiempo. Esto es distribuir la atención. Escuchar al coachee, manteniendo la conversación interna.

Ejercicio 3:  de coaching comenzando a hacer interpretaciones desde la escucha múltiple.
1.- En parejas: Coach-Coachee.
2.- Los coaches se conectan con la pregunta: ¿quién es esta persona? ¿qué le importa?
3.- Coachee le cuenta un quiebre que  esté teniendo.
4.- Coach escucha.
5.- Cuando termina de contarle el quiebre el coachee, el coach pregunta: “De lo que escucho, de lo que tu me cuentas, lo que veo, que te podría estar pasando es…
6.- Coachee dice Gracias, como cierre de la conversación.

Este es un buen ejercicio para comenzar a explorar el escuchar tomando en cuenta los distintos escuchares y observadores.

Para terminar esta mirada exploratoria del escuchar en el coaching, vale dejar en claro que en la conversación de coaching el escuchar y el hablar es algo que está presente durante toda la sesión de coaching, como toda conversación. Lo que hemos tratado de hacer aquí es mirar la particularidad de la escucha del coach. Por lo tanto mas adelante cuando miremos los diferentes momentos del coaching, el escuchar será algo que estará siempre presente.
Mas aún la escucha está presente incluso cuando hablamos. Es una acción, por lo tanto es activa. Mientras mas amplitud del escuchar tenga el coach, probablemente, podrá abrir nuevos espacios de aprendizajes para el coachee.


4.- SINTESIS
¿ Qué es escuchar?
§ Silencio
§ Aceptación- Apertura
§ Acompañar
§ Cuidar
§ Declarar que no sé
§ Intuir
§ Dar la bienvenida a la incertidumbre
§ Soltar mis juicios
§ Soltar la conversación interna que no me permite estar al servicio del otro
§ Escuchar cuerpo/ emoción y lenguaje del coachee
§ Escuchar cuerpo/ emoción y lenguaje del coach
§ Es escuchar mis interpretaciones y ponerlas cuando el coachee está preparado para eso.

Qué no es?
§ Saber
§ Tener certezas
§ Anticipar
§ Controlar
§ Juzgar
§ Fundirme y dejar de escucharme como coach

Para qué escuchamos?
§ Mirar/ descubrir el habitante que el coachee es
§ Conocer sus explicaciones
§ Mirar su ritmo
§ Mirar que disposición/es al movimiento tiene más a la mano
§ Conocer su música
§ Escuchar la música que podría estar haciéndole falta incorporar en su vida
§ Intuir el camino que seguirá el coaching
§ Conocer la transparencia de ese habitante
§ Escuchar su observador
§ Develar su inquietud



Apunte desarrollado por Ana María Torres. Estructurado  yen base a  presentación de Paz Zagal y Lorena Vignolo para la Conferencia del RCC 2012 y síntesis desarrollada por Erika Salazar, supervisora ACP Chile 2012.






El corazón del coaching está en saber escuchar. Y esa es la clave incluso en toda interacción humana. La escucha en el coaching es algo diferente y es por eso que aquí haremos alguna distinciones. Decimos que escuchar es Oir o Percibir mas Interpretar. Eso en todo fenómeno humano, mas el escuchar del coach tiene su particularidad. Como observadores particulares siempre está presente nuestras emociones, nuestra corporalidad y nuestro lenguaje y mucho mas. Quizás la específico de la escucha en el coaching esta en “desde dónde escuchamos”. Cuando un coachee nos trae un quiebre es inevitable, como seres lingüísticos que somos, que hagamos interpretaciones desde el observador que habitamos. La diferencia en el coaching está en transformarnos en observador de este observador que somos. Estar consciente de ello, y poder administrarlo, y conectarnos legítimamente con lo que el coachee nos trae. Haremos varias distinciones del la escucha en el coaching: En primer lugar, hablaremos de una Escucha Reverencial Donde la EMOCION a la base es la COMPASION, la EMPATÍA y la CONTENCION . Tiene que ver con escuchar al otro “como legítimo otro”, como dice Maturana. En un territorio de igualdad. Desde un espacio de Apertura. Y también de Respeto. A eso le llamamos legitimación. Es estar abierto/a lo que el otro me trae como interpretación. Necesitamos escuchar un rato sus propias historias e interpretaciones de éstas para entender desde donde interpreta lo que interpreta, y como se vive la vida desde esas miradas. Es escuchar con preguntas desde un lugar exploratorio. Es poder dejar entre paréntesis por ratos mis propias interpretaciones como coach. El escuchar reverencial, no significa estar de acuerdo con lo que el coachee nos trae. Se trata de entender y acoger su mirada. Eso lo hacemos desde preguntarnos inicialmente: ¿qué será lo que le inquieta a esta persona? ¿qué hace que esto sea un quiebre para el/ella? ¿cuál será su historia de lo que lo aqueja? ¿dónde habrá aprendido esta manera de vivir? ¿qué necesitará aprender?... Y desde ahí escuchar lo que nos trae. También este espacio reverencial, tiene un CUERPO. La conexión desde la postura, la mirada, la expresión, una distancia/cercanía que hace que el/la coachee se sienta en confianza y que es escuchado sin ser juzgado, invadido. Es escuchar su tono, su velocidad. Le agregaremos e esto, el CONTEXTO que es parte de la legitimación del coachee. Crear un espacio donde esta escucha sea contenida. Un lugar acogedor, privado, sin interrupciones. Esto ya lo hemos tocado en el capítulo anterior y es relevante volver a traerlo en el contexto del “escuchar del coach”. Desde lo lingüístico, la escucha es relevante tanto desde las preguntas que nos hacemos, como de los silencios que dejamos para que el coachee tenga tiempo para procesar, darse cuenta, desarrollar su propia interpretación de lo que está viviendo. Escuchar no significa sólo estar en silencio, pues a veces el coachee habla en exceso como mecanismo defensivo, para no dejar entrar nuevas miradas que lo pueden sacar de su “zona de confort” aunque sea de disconfort, pues es lo que conoce y ha aprendido. Ejercicio 1: Escuchar reverencial Se juntan en parejas. Se conectan con el escuchar. Instrucciones · En parejas: Coach – Coachee · Frente a frente · Se van a conectar con la persona que tienen al frente. · Coachee hable y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones. · Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio. La pregunta para el coachee es: Antes de cada pregunta, se conectan en silencio por un minuto con el coachee, frente a frente. Coachee habla durante 2 minutos acerca de la pregunta: i. Quien estoy siendo? · Respiran juntos y se conectan con la persona que tienen al frente. · Coachee cuenta y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones. · Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio. · Y cambian de rol. · Termina el tiempo, se agradecen y se despiden · Cambian de pareja. Se arman nuevas parejas: Definen quien comienza siendo coach/coachee. ii. ¿Cuáles son mis sueños hoy y para adelante?? · Respiran juntos y se conectan con la persona que tienen al frente. · Coachee cuenta y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones. · Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio. · Y cambian de rol. · Termina el tiempo, y se agradecen y se despiden. · Cambian de pareja. Se arman nuevas parejas: Definen quien comienza siendo coach/coachee. iii.- ¿A qué me estoy atreviendo? · Respiran juntos y se conectan con la persona que tienen al frente. · Coachee cuenta y Coach solo escucha. Poniendo la atención en lo que me cuenta, en su cuerpo, en sus emociones. · Coach: Desde un espacio reverencial, de legitimar al otro con lo que me trae como quiebre. Solo recibe, acompaña. En silencio. · Y cambian de rol. · Termina el tiempo, y se agradecen y se despiden. Se recoge. ¿Que les paso escuchando y ser escuchado desde ese espacio? ¿Qué aprendieron? 2)Un segundo nivel de escucha se basa en: ESCUCHAR = OIR/PERCIBIR E INTERPRETAR En el coaching esta declaración tiene que ver con desafiar el mundo interpretativo del coachee frente a un quiebre. Es justamente lo que no lo/la hace moverse o entramparse en sus propias coherencias. Ahí los coaches tenemos un rol fundamental, desde ser un observador diferente, y desafiar este mundo interpretativo. Por lo tanto parte de le escucha es hacer preguntas. Desde lo lingüístico, ahí comienza la indagación incluyendo la mirada del coach, lo podemos hacer con preguntas sobre su historia, sus aprendizajes, sus emociones, las generalizaciones que hace el coachee a partir de un evento, distinguir el fenómeno de la explicación, etc. Podemos poner nuestras interpretaciones a través de preguntas. Desde el cuerpo, es seguir observando sus movimientos, sus silencios, sus gestos, y también de intervenir con alguna experiencia que acoja el juicio maestro que esta escuchando el coachee, una experiencia emocional, o lingüística con cuerpos diferentes. Realizar una experiencia en el contexto del coaching se sale del mundo lingüístico y lo pone en el espacio vivencial, vivir lo visto, y no solo hablar acerca de… Desde el mundo emocional, ya comienzan a escuchar juicios recurrentes que lo lleva a ciertas emociones y poder indagar, en esos juicios que los predispone a esa emoción y a esas acciones. Nuevamente es legitimarlas. Aparece la tentación de querer sacarlo de la emoción que está viviendo, y que está escuchando. Aquí el coach tiene un rol fundamental en la escucha de la emoción, Es aprender a habitar la emoción que le produce el quiebre que trae el coachee. Es un espacio del escuchar que produce el mayor aprendizaje en el coachee. La aceptación de lo que está viviendo. Solo desde ahí pueden construir coach/coachee un espacio de aprendizaje. 3.- El límite del escuchar en el coaching : “El otro dice lo que dice y yo escucho lo que escucho”. No podemos escuchar sin que lo escuchado pase por nosotros. Por lo tanto siempre habrá una brecha entre lo dicho y lo escuchado. La importancia de esto en el coaching es achicar esta brecha. Y tener claro que nunca el coach sabrá lo que el otro dijo, solo sabrá lo que escuchó lo que abre un espacio para el misterio, el asombro y la humildad. El tener presente que lo que escuchamos es otra interpretación, la nuestra, por lo tanto No es LA VERDAD. Es por eso que poner nuestra mirada desde un lugar exploratorio es tan relevante, y de chequearlo con el coachee. Si al coachee no le hace sentido podemos soltarlo, aunque escuchemos que ahí hay algo importante que no está viendo. Lo podremos retomar más adelante, cuando la conversación esté quizás mas madura. Por lo tanto en una conversación de coaching siempre habrán dos escuchares actuando al mismo tiempo: la del coach, la interna, y lo que los trae el coachee. La conversación del coach no impide que escuche lo que trae el coachee. Los peores enemigos del coach es decir “Yo ya sé lo que le pasa” al, de enamorarse de sus propias interpretaciones. Una destreza del coach, es poner la atención en las dos escuchas. Ejercicio 2: de práctica de foco y atención múltiple: 1.- Poner la mirada en un punto. Poner la atención ahí. 2.- Con la mirada en el punto, poner la atención en otro lugar, sin mover los ojos 3.- Volver a poner la atención en el punto original. 4.- Y así jugar con diferentes amplitudes de mirada, sin perder la atención en el origen. Esto es ejercitar desde el cuerpo, desde la experiencia focalizar y desenfocar al mismo tiempo. Esto es distribuir la atención. Escuchar al coachee, manteniendo la conversación interna. Ejercicio 3: de coaching comenzando a hacer interpretaciones desde la escucha múltiple. 1.- En parejas: Coach-Coachee. 2.- Los coaches se conectan con la pregunta: ¿quién es esta persona? ¿qué le importa? 3.- Coachee le cuenta un quiebre que esté teniendo. 4.- Coach escucha. 5.- Cuando termina de contarle el quiebre el coachee, el coach pregunta: “De lo que escucho, de lo que tu me cuentas, lo que veo, que te podría estar pasando es… 6.- Coachee dice Gracias, como cierre de la conversación. Este es un buen ejercicio para comenzar a explorar el escuchar tomando en cuenta los distintos escuchares y observadores. Para terminar esta mirada exploratoria del escuchar en el coaching, vale dejar en claro que en la conversación de coaching el escuchar y el hablar es algo que está presente durante toda la sesión de coaching, como toda conversación. Lo que hemos tratado de hacer aquí es mirar la particularidad de la escucha del coach. Por lo tanto mas adelante cuando miremos los diferentes momentos del coaching, el escuchar será algo que estará siempre presente. Mas aún la escucha está presente incluso cuando hablamos. Es una acción, por lo tanto es activa. Mientras mas amplitud del escuchar tenga el coach, probablemente, podrá abrir nuevos espacios de aprendizajes para el coachee. 4.- SINTESIS ¿ Qué es escuchar? § Silencio § Aceptación- Apertura § Acompañar § Cuidar § Declarar que no sé § Intuir § Dar la bienvenida a la incertidumbre § Soltar mis juicios § Soltar la conversación interna que no me permite estar al servicio del otro § Escuchar cuerpo/ emoción y lenguaje del coachee § Escuchar cuerpo/ emoción y lenguaje del coach § Es escuchar mis interpretaciones y ponerlas cuando el coachee está preparado para eso. Qué no es? § Saber § Tener certezas § Anticipar § Controlar § Juzgar § Fundirme y dejar de escucharme como coach Para qué escuchamos? § Mirar/ descubrir el habitante que el coachee es § Conocer sus explicaciones § Mirar su ritmo § Mirar que disposición/es al movimiento tiene más a la mano § Conocer su música § Escuchar la música que podría estar haciéndole falta incorporar en su vida § Intuir el camino que seguirá el coaching § Conocer la transparencia de ese habitante § Escuchar su observador § Develar su inquietud Apunte desarrollado por Ana María Torres. Estructurado yen base a presentación de Paz Zagal y Lorena Vignolo para la Conferencia del RCC 2012 y síntesis desarrollada por Erika Salazar, supervisora ACP Chile 2012.

viernes, 20 de enero de 2012

El observador

El Observador

Apuntes de una conferencia de Julio Olalla



No sabemos como son las cosas,

sólo sabemos como las observamos o como las interpretamos.

Vivimos en mundos interpretativos.





El Observador

Apuntes de una conferencia de Julio Olalla a los alumnos del ACP

Vamos a entender al observador como alguien que ve el mundo de una determinada manera.
Si yo hablo con alguna persona de esta sala, les aseguro que esa persona no ve el mundo como lo veo yo.


¿Y cómo resolvemos esta diferencia….?


Muy simple, esa persona está equivocada y se resolvió todo (risas en la sala).

Así lo hacemos siempre, por eso vivimos en esas eternas conversaciones de quién tiene la razón, quién está equivocado. El hecho es que si conversamos más, muy pronto nos vamos a dar cuenta de que no vemos el mundo igual. Y no estoy diciendo que uno lo ve mejor y el otro peor, sólo he dicho que no lo vemos igual.

Ahora si un chileno habla con un argentino o un rumano con un francés, veremos que hay mundos muy distintos. Lo mismo sucede cuando una persona de 20 años conversa con un niño de 7 años y así podemos dar muchísimos ejemplos.

Hay algo extraordinario en todo esto ¿hay un solo mundo y nosotros no nos ponemos de acuerdo? o ¿hay tantos mundos como personas?

Si hay un solo mundo, entonces el observador que yo soy tiene 2 posibilidades: tiene la razón o está equivocado, lo que es bastante pobre como explicación. O simplemente más allá de cualquier resolución sobre el tema, decimos que lo vemos distinto.

Somos observadores distintos y eso lo sabemos todos ¿Hay alguien a quien le parezca extraño de que somos observadores distinto?, seguramente nadie.

Sin embargo a pesar de saber que somos observadores diferentes, cuando trabajamos juntos suponemos que todo lo vemos igual o exigimos que sea así. Hay algo en esto que no funciona.

Voy a hacer una formula aquí:



El observador entra en acción y produce resultados.


Si este observador mira sus resultados y no le gustan ¿qué es lo que hace?, cambia las acciones. Lo que hacemos siempre.

¿Me siguen?, es muy importante que me sigan porque esto es fundamental en nuestro trabajo.

Yo soy un observador determinado, hago ciertas cosas en mi vida y produzco resultados. Cuando no me gustan esos resultados ¿Qué hago?, intento cambiar mis acciones.

Es muy curioso este fenómeno, piénselo así:

Si yo sigo viendo el mundo de la misma manera, puedo cambiar todas las acciones que quiera y al final lo que cambio estará siempre dentro de un marco que es predecible. Es decir voy a hacer más o menos lo mismo.

En cambio si yo juzgo que mis acciones no me gustan y en vez de lanzarme inmediatamente a una nueva acción le doy una mirada a cómo estoy mirando, aparecen acciones que eran impensables de otra manera.

Hay un aprendizaje que se llama de primer nivel y éste es un aprendizaje de segundo nivel.


Simplemente como un ejemplo:


Cristóbal Colón no tenía mejor tecnología que otros marineros en su tiempo, tampoco tenía más dinero, pero hizo cosas que no hicieron otros marineros ¿por qué?

Porque era un observador distinto.

El comenzó un viaje distinto que para iniciarlo tenía que tener una concepción distinta.

Los otros tenían lo mismo, pero no tenían la misma visión.

Podemos hacer una lista enorme de acciones distintas y es irrelevante. Lo que necesitamos cambiar es nuestra manera de concebir el mundo y voy a poner unos ejemplos simples para entender esta reflexión:

Supongamos que me duele un hombro y voy a un médico de tradición china para que me atienda. Al día siguiente voy a un médico de tradición occidental para que me atienda. Lo que ambos van a hacer es profundamente distinto porque no ven el mismo cuerpo.

Y no estoy diciendo que uno sea mejor que el otro, lo que digo es que cuando ven el mundo distinto intervienen en el mundo de otra manera. Al cambiar nuestra visión del mundo no podemos seguir haciendo lo mismo ¡es imposible!

Tenemos que hacernos una nueva pregunta, una pregunta que raramente nos hacemos ¿Qué hace que yo observe el mundo de una cierta manera?, ¿Cómo se constituye el observador que yo soy?

Si queremos responder a ésa pregunta hay 3 elementos que vamos a tomar y que los van a acompañar durante todo el programa y también en sus vidas y profesiones:

1) El lenguaje.

Por siglos y siglos el lenguaje ha sido entendido como un código compartido para describir el mundo, o sea si yo contigo convenimos en llamar a eso “parlante”, entonces ya sabemos a qué nos referimos cuando decimos parlante.

El lenguaje era un acuerdo para describir el mundo, es decir el lenguaje venía después que el mundo. Esta interpretación del lenguaje fue la interpretación que la humanidad vivió por más de 20 siglos.



En el siglo pasado un grupo de filósofos dijeron algo extraordinario “Es cierto que el lenguaje sirve para describir el mundo, eso es innegable, pero no es todo, el lenguaje también genera el mundo” y eso sonó muy extraño ¿Cómo es eso que genera el mundo?. Sí, dijeron ellos, el lenguaje tiene una capacidad increíble, que es obvia y que no la vemos: el lenguaje tiene la capacidad de generar distinciones.



Distinguir es hacer algo distinto de algo más, eso es distinguir. Cuando yo distingo algo, ese algo aparece.

Un ejemplo: si ustedes observan pinturas en una exposición y al salir un guía del museo les pregunta ¿ya vieron las pinturas?, sí responderán. Ahora si el guía los invita a verlas de nuevo con él y ustedes aceptan y comienzan a escucharlo, se darán cuenta que empiezan a aparecer “otras pinturas” y muchas cosas que no vieron en la visita anterior, y no lo vieron porque no tenían las distinciones que el guía con su experiencia y conocimiento les mostró.

La visita con el guía implica “ver”, literalmente ver lo que no podían ver antes.

Veamos otro ejemplo: ¿han ido a un restaurante francés alguna vez?, supongamos que yo voy y pido un plato. Mientras estoy comiendo llega el chef a saludarme y me pregunta ¿le gusta lo que se está sirviendo?, si, si, digo yo.¿ Notó que el trasfondo del puré tiene un toque de albahaca?, no, no me había dado cuenta, le respondo. ¿Y se dio cuenta que la salsa es de nueces?, no, tampoco… y de repente me doy cuenta que estoy comiendo un plato completamente diferente del que en un principio estaba comiendo y empiezo a saborear otras cosas.

Lo mismo sucede con el vino, en que un conocedor nos puede introducir a un mundo inmenso e inimaginable de nuevas distinciones: el año, la tierra, la cosecha, la zona, el sol, la viña, etc. etc.

A lo mejor a muchos de nosotros nos ponen una venda y nos dan a probar un vino tinto y un blanco y con mucha dificultad vamos a distinguir uno del otro (risas de los presentes).

Este simple fenómeno lo vamos a tomar en serio, nosotros tenemos la brutal ilusión de que cuando abrimos los ojos vemos todo lo que hay que ver.

Esa ilusión es parte de nuestra capacidad de entendernos, para legitimarnos, para respetarnos, porque suponemos que los otros ven lo mismo que nosotros.

Un ejemplo que muestra distintos grupos de distinciones podría ser este:

Si ustedes van al desierto chileno en el norte y en la noche se acuestan en la arena mirando el cielo ¿Qué es lo que van a ver la mayoría de ustedes?, ¡estrellas! y un montón de ellas.

Si van con un astrónomo la noche siguiente van a ver: planetas, satélites, galaxias, van a distinguir una estrella de un planeta por su forma de titilar, van a descubrir la Osa Mayor, las Tres Marías, etc. etc.¿donde estaban la noche anterior?.

Ahora imagínense que la noche siguiente van a observar “las estrellas” con un astrólogo, entonces verán a Piscis, Escorpio, conocerán de la mitología griega, etc. etc. ¿Cómo aparecieron ahora y no antes?.

Sucede algo tan simple como esto: Antes no tenían esas distinciones.

Hay algo más que sucede aquí: las culturas.

Yo nací al mundo “en español”, como la mayor parte de ustedes. Abrí mis ojos y lo vi en español, eso no es menor y en mi caso lo vi así con un padre que era español que hablaba diferente a la gente de aquí . Yo no decía “así es el mundo en español”, decía “así es el mundo”. Me vine a dar cuenta de eso sólo cuando viaje al extranjero y pude apreciar “que todos los demás estaban equivocados” (risas).
Esa ilusión brutal, insisto, esta en el corazón del trabajo que vamos a hacer.

Cuando Matilde o Fernando, por ejemplo, hablan de lo que ellos hablan, ellos hablan del observador que son, de lo que está accesible en el mundo que ellos miran y en ese mundo una conversación puede producir algo extraordinario ¿saben lo que quiere decir conversar?, conversar quiere decir cambiar juntos. Al conversar estamos permitiendo que el otro acceda al observador que yo soy.
Fíjense que nosotros hablamos mucho pero conversamos poco.

Cuando Matilde o Fernando, para seguir con el mismo ejemplo, decían lo que decían es lo que decía el observador que ellos son y ese es el mundo que ellos ven y bendito sea que así sea. Pero cuando ellos tienen una nostalgia por algo distinto que “sospechan”, están diciendo que “el observador que yo soy es insuficiente para lo que sospecho”. No en un sentido negativo, es sólo que hay algo que yo no se. Y ése es el poder de las conversaciones y por eso es tan importante que nos escuchemos unos a otros como lo haremos durante todo el programa.

El lenguaje es más que esto, el lenguaje también es acción y eso lo veremos más adelante en los actos del habla.

El lenguaje también es historia. Cuando yo estoy dentro de un lenguaje estoy dentro de un discurso interpretativo, la hispanidad por ejemplo o la chilenidad en particular, o un discurso femenino o lo que fuese.

¿Qué otro elemento tiene que ver con la constitución del observador?


Aquí aparece un elemento gigantesco, abandonado por nosotros hace mucho tiempo, excepto en las terapias:

2) Las Emociones.

Desde el punto de vista de la constitución de la palabra, lingüísticamente”, hablando, emoción quiere decir “lo que te mueve, lo que te pone en acción.

Si yo estoy hablando con Sergio y por el siento gratitud, mi disposición hacia el es muy distinta si lo que tengo es rabia. En la rabia lo quiero castigar, en la gratitud le quiero regalar.

Cada emoción puede ser entendida como una predisposición a la acción.

Cuando la humanidad vive desde el miedo está predispuesta a la acción de una manera muy distinta a que si la humanidad viviese en la gratitud. Pero nosotros no miramos eso. Ustedes ven las conversaciones entre palestinos e israelíes, cincuenta años, están ahí mismo, no ha cambiado un ápice. Emocionalmente están en el mismo lugar y esa emocionalidad no permite ningún desplazamiento.

Las emociones entendidas como predisposiciones a la acción son fundamentales porque nosotros somos seres emocionales, es sistema nuestro emocional es muy anterior al sistema conceptual, a la neocorteza.

Las emociones, si son predisposiciones a la acción, podrán entender que el mundo emotivo en el que habito me hace entrar en el mundo de distintas maneras, actuar en el mundo de maneras diversas. Entonces nos podemos hacer varias preguntas, una es que ciertamente hay momentos en que yo tengo rabia pero luego se me pasa, tengo momentos de alegría y también se me pasa, pero ¿se han dado cuenta que también tenemos otro espacio emocional?, por ejemplo algunos de nosotros vivimos en la vergüenza o vivimos en el miedo o vivimos en la culpa. No es que tengamos un momento de culpa sino que habitamos en la culpa.

Entonces a los momentos de una predisposición que se va rápidamente las vamos a llamar las emociones propiamente tal y a aquellas emociones en las que habitamos en forma permanente o que tienden a perpetuarse, vamos a llamarlos estados de ánimo.

En el coaching estas distinciones son fundamentales, piensen por ejemplo que las instituciones tienen estados de ánimo ¿les cabe alguna duda?, vayan por ejemplo a un banco determinado y luego a otro y podrán apreciar que hay distintas emocionalidades, distintos estados de ánimo. Vayan a distintos países o a distintas ciudades y verán lo mismo, no es igual estar en Rio de Janeiro que en Nueva York. Las emocionalidades son muy diferentes.

¿Por qué razón de repente nos quedamos en la tristeza o nos quedamos en el miedo?, ¿Qué nos pasó? ¿Qué significa, qué me otorga, qué me quita?.
Esto sin duda tiene que ver con el observador que somos, no hay desplazamiento en el observador si no hay un desplazamiento en este territorio emocional. Podemos ver conceptualmente muchas cosas pero si la emocionalidad continúa la misma, no hay cambios fundamentales.

Este cambio, este aprendizaje, en nuestro programa es central.

Y por último está este otro elemento:

3) El cuerpo.

Nuestra biología y mucho más que la biología, tiene que ver con el proceso de aprendizaje y con el observador que somos. Nosotros no vemos el mundo de la misma manera en los distintos cuerpos que habitamos y no me refiero al cuerpo en el sentido de la edad o el sexo, me refiero a una cierta postura que adquirimos en la vida, una cierta manera de pararnos en el mundo.

Una de las cosas más sorprendentes que sucede en la corporalidad tiene que ver con lo siguiente: si yo veo el mundo desde el miedo ¿ustedes creen que yo me pararía con este cuerpo que tengo en este momento?, claro que no. ¿Qué le pasaría a mi cuerpo? Se contraería en el miedo.

Hay una coherencia entre la postura y el mundo emocional, fíjense que si ustedes me ven caminando así (infla el pecho levanta el mentón en tono arrogante y va apuntando con el dedo índice) y yo les digo que vivo “en la humildad” (risa general), ¿no me creen, verdad? Y ¿Por qué no me creen? muy simple, ese cuerpo no corresponde al cuerpo de la humildad.

Muchas veces queremos cambiar en la vida y pensamos que el cambio es una cuestión conceptual. Podemos cambiar los conceptos pero salimos afuera y seguimos haciendo lo mismo… pero con conceptos más interesantes.

Para que exista un cambio verdadero se requiere de una coherencia nueva y es la coherencia entre estos tres mundos
: Lenguaje, emociones y cuerpo.


Cuando esa coherencia cambia hemos aprendido en el sentido de la integridad de todos los dominios, pero si el cambio es de nuevos conceptos y no ha cambiado la emocionalidad ni ha cambiado la postura ¿saben lo que está pasando?, tienen nuevos conceptos pero la vieja coherencia te llama de vuelta y después de un tiempo volvemos a lo mismo de siempre. Esto hay que entenderlo a fondo porque cuando trabajemos el cuerpo muchos van a decir ¿Qué tiene que ver esto con el aprendizaje? y es porque el aprendizaje lo tenemos desvinculado del cuerpo, de lo somático.

Es fundamental entender que el aprendizaje no es sólo un aprendizaje conceptual.

Voy a volver al observador.

Mi parada en el mundo es coherente con la emocionalidad y con lo conceptual, ¡claro que si!, y es una coherencia que esta en constante reajuste. Un pequeño ajuste en esa coherencia produce un cambio que muchas veces nos sorprende.

El observador lo constituyen al menos estos tres espacios y cuando trabajamos con ellos nos hemos instalado en el centro de los mundos interior y exterior, en la integración de ambos.

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