Soy una mujer, profesional, madre, abuela, coach, amante de la vida, en la “juicy prone age”, como dice Shenoda Bolen. Me vivo cada día desde la gratitud y el optimismo. El compartir mi mirada, el servir a otros, el entregar-me de corazón me llena el alma y me da energías para seguir siendo una mejor persona. Soy una adicta al aprendizaje de nuevos “mapas” para ir nutriéndome y seguir sembrando esta tierra de la “buena vida”.
Me he definido como una coach del alma y del cuerpo. Creo que el título suena algo pretencioso, pero me identifica. El coaching lo llevo en el alma. Tuve que vivirme muchos años de incertidumbre, de andar "buscando mi destino", para encontrarme con "él" destino. O mas bien yo creo que fui encontrada. Estaba dispuesta! Es como encontrarte con el amor de tu vida.
El hallazgo del "cuerpo" es mas nuevo en mi. El cuerpo mirado como el espacio donde habita la biología, los dolores, los accidentes, los movimientos, las posturas, la voz. Todo eso que no ha estado en el primer plano de nuestra atención. Aprendí algo de la relación mente-cuerpo. De que los síntomas son los semáforos del alma. Que el cuerpo es sabio si lo aprendemos a escuchar.
Y a mi quehacer también le pongo el sello del "género". La mirada de lo masculino y lo femenino, que tiene mas larga data en mi desarrollo profesional.