sábado, 3 de noviembre de 2012

En el Sendero del Coaching...¿Qué es articular un quiebre?

 (Reflexiones de un coach: Juan Pablo Contreras, supervisor ACP Chile 2011)

Pensemos por un momento que un coachee es un ser humano que vive “atrapado” en su particular visión de la realidad. Sus juicios, sus paradigmas, sus incompetencias conversacionales y lingüísticas le restan posibilidades en su vida…solo que él (o ella) habitualmente “no se da cuenta de esto”…”no lo sabe”….o más bien “no lo puede ver dado el observador que es…es decir, es “transparente” para sus ojos.

Imaginemos que cada uno de estos “supuestos”, “juicios maestros”, “no pedir”, “no ser oferta”, etc fueran verdaderos “barrotes” que van rodeando la “pequeña” vida del coachee y fueran conformando una celda que –sin saberlo- fuera constituyendo “el mundo del coachee”….

El proceso de coaching tiene que ver quizás con acompañar al coachee a “pintar” poco a poco esos barrotes, hasta ahora, inexistentes para el…como si coach y coachee –brocha gorda en mano- fueran a través de la conversación y de la danza del coaching dando “color” a estos barrotes a través de sutiles, irreverentes y poderosas preguntas que nunca se ha hecho…

Y podría ser que una vez “pintada” la jaula e identificados los barrotes, el coachee, a la luz de su “pequeño mundo” podría tomar la decisión o no de atravesarlos, sacarlos o aprender a convivir con ellos…

El proceso de “pintar los barrotes” que aquí expreso, puede ser visto como el proceso de “articular un quiebre nuevo”…tiene que ver con invitar al coachee a “ver” a través de preguntas, interpretaciones poderosas y  mucha  compasión,  algo que -dado el observador que era hasta antes del coaching- era imposible para él distinguir.

Habitualmente cuando esto ocurre, el coachee accede a un nuevo nivel de aprendizaje, uno que va más allá de las historias, relatos y acciones en la que el coachee vive inmerso, un espacio nuevo, que fundamentalmente lo invitará a observar como observa, a mirarse “desde el balcón” y a abrir un mundo nuevo de distinciones que esta vez lo incluyen de manera diferente.

Esto es lo que llamamos un aprendizaje de segundo orden ( que incluye al observador que aprende) versus al aprendizaje de primer orden (que sólo considera ampliar las acciones posibles sobre la realidad, sin cuestionarse ni un segundo el cómo yo veo lo que veo).

A la luz de esto, la articulación del quiebre tiene que ver con conversar de la diferencia entre el quiebre que declara el coachee de entrada (problemas, inquietudes,  insatisfacciones, dificultades, desafios, etc) y lo que es ARTICULAR (conversar) un quiebre “nuevo”, que viene a hacerse cargo o ESTA A LA BASE del “quiebre inicial” con el que llegó. (es como mirar a nivel ontológico que “hace” que esto le “ocurra” al coachee…)

En esta conversación siempre es el coachee el que está al centro…no es una conversación de “por qué la gente no pide ayuda”….es una conversación de     ” que te pasa en la vida que no elijes pedir ayuda”…

Usualmente esta articulación viene luego de que como coaches le hemos regalado, ofrecido al coachee interpretaciones (nuestra mirada puesta al servicio del aprendizaje del coachee) que le abren (ojalá…) un mundo nuevo de posibilidades basados en nuestras interpretaciones y en los modelos del coaching ontológico. Este paso previo, es como “comenzar a pintar el barrote”…es comenzar a pegar un salto hacia el espacio ontológico, hacia el espacio del ser, saliéndonos de las historias y los relatos usuales…

Es en la articulación del quiebre donde aparece una “conversación más grande” que incluye al ser y que habitualmente el coachee no ha tenido oportunidad de sostener...dado el observador que es.

Aquí es donde nos topamos, con coraje, con aquello que el coachee “podría necesitar aprender en la vida”…a nivel del ser, no a nivel de las acciones (esto sería solamente un “coaching para la acción”).

El quiebre se articula entre los dos y la articulación LA DEFINE EL COACHEE. El  coach sólo acompaña y sostiene este espacio usualmente con cuerpo, presencia, irreverencia gentil, amor y mucha compasión.

El coach le “propone” si quiere al coachee un “lenguaje” o ciertas distinciones para ponerle un “nombre” a aquello “que le pasa en la vida”…es como ponerle un titular al quiebre y siempre dejando que el coachee tome las palabras que le hacen más sentido… ( es aquí donde nuestro “puñado” de distinciones pueden ayudar, o los modelos del coaching ontológico, o la forma como lo vemos desde nuestro observador…).

Aquí le “ponemos nombre” a lo que le pasa en la vida que hace que pase lo que pase… o bien que no pase lo que ansía vivir…

Algunas frases que ejemplifican este momento:

“Entonces después de todo esto que hemos hablado, qué dirías tú que es lo central para ti”
“¿Qué es aquello de lo que necesitas hacerte cargo?”
“¿Qué nombre le pondrías, o cómo le llamarías a esto que te pasa en la vida y que no te ha dejado hacer…?”


Ejemplos de articulaciones:


Quibre Inicial
Quiebre Articulado (nuevo para el coachee, “transparente para él dado el observador que es”) Posibilidades.
“Hace mucho tiempo en la vida que ando agotado, estoy lleno de cosas, no tengo tiempo, no sé por que la vida me trata así, yo hago lo mejor de mi y termino reventado”
No se decir NO.
No sé poner limites
No sé pedir ayuda
Necesito aprobación del resto y para eso hago todo lo que me piden, etc

Quibre Inicial
Quiebre Articulado (nuevo para el coachee, “transparente para él dado el observador que es”) Posibilidades.
“Estoy preocupada por que estoy sin trabajo, he mandado CV’s para todos lados y no pasa nada…(Nótese que este quiebre igual nos abre posibilidades de acción (aprendizaje de 1er nivel, sin embargo no nos da mucho espacio para una reflexión a nivel más ontológico o del ser)
“me doy cuenta que no tengo redes de ayuda y que no me es fácil abrir conversaciones de posibilidades con otros” (aquí aparecen posibilidades que están a la base de resolver el tema de su preocupación por no tener trabajo, pero que van a temas “más grandes” que involucran una forma de ser y estar en el mundo)

Luego de articular usualmente viene a mi juicio un momento crucial en el coachee y en el coaching…, que es sostener este “darse cuenta”…, el proceso a través del cual su observador comienza a percibir los costos que para su vida ha tenido el vivir en ese lugar… Es un momento de fuerte carga emotiva y que es importante acompañar para que el coachee “acopie” las fuerzas necesarias para energizar su proceso de transformación.

Luego de esta danza, el coachee de cuenta de las posibilidades que se le podrían abrir si tiene el coraje de ampliar su observador y realizar nuevas acciones corporales, emocionales y lingüísticas en el mundo….desde este “otro” observador…

Los barrotes continuarán pintándose… y el coachee puede elegir dar el paso hacia nuevos espacios de libertad….

 Con cariño, los abrazo
jp