El amor no es como nos contaron …y como lo inventamos
"Érase una vez, una princesa delicada de cabellos dorados, llamada
Victoria, que
creía de todo corazón en los cuentos de hadas y en la eterna
felicidad de las
princesas. Tenía fe absoluta en la magia de los sabios, en
el triunfo del bien sobre el mal y en el poderoso amor de conquistarlo
todo"Del libro “La princesa que creía en los
cuentos de hadas” Marcia Grad.
¿Cuantas de nosotras no nos sentimos interpretadas con estos cuentos y con lo mitos que hemos ido incorporando a nuestras vidas…muchas veces, sin darnos ni cuenta ?
Es parte de nuestra cultura. Las mas viejitas como yo, leíamos a Corin Tellado, las mas modernas, quizás no leen tanto, y puede que sea Hollywood un referente.
Lo que si hemos tenido en común son los cuentos de los príncipes y las princesas, las brujas y los ogros. Y eso sigue en el inconciente colectivo.
Parte importante de nuestra vida la basamos en un conjunto de creencias, mas allá de la vivencias y aprendizajes, que nos llevan a esperar que ocurran ciertos eventos, comportamientos y situaciones, que en la mayoría de los casos, tenemos poca participación activa. Es lo que denominamos Mitos.
Maureen Murdock habla de los Mitos Personales entendiéndolos como “constelaciones de creencias, sentimientos, imágenes que se organizan en torno a un tema central”. Me gusta el concepto de Mitos personales pues cada quien incorpora determinados mitos dependiendo del sexo, cultura, nivel económico, creencias religiosas, etc., y no siendo un guión preestablecido…se van desarrollando, y modificando a medida que pasa el tiempo, y también creciendo, madurando.
¿Cuál ha sido el rol de los mitos en nuestro devenir?
Según Joseph Campbell “la primera función de la mitología y del rito siempre ha sido proporcionar símbolos que hacen que el alma humana avance hacia delante actuando en contra de todas las demás fantasías humanas constantes que tienden a hacerle quedarse atrás”.
En este camino de lo femenino, he elegido el mito de la Heroína, cuya meta es sanar la profunda herida de nuestra naturaleza femenina, a nivel personal, cultural y espiritual, realizando un viaje conciente.
Como en todo viaje, Mítico o no…este tendrá luces y sombras, Aliados y Adversarios, Agrados y dificultades… Premios y Pruebas.
Miraremos algunos de los Mitos que nos siguen “tomando” a las damiselas hasta el presente y que se han trasformado en algunas de las pruebas del camino, que tenemos que enfrentar. El primero que abordaremos será el Mito del Amor Romántico.
¿Cuántas de nosotras soñamos con que alguien nos rescate?
¿Se haga cargo de nosotras…aunque sea un ratito??’
La creencia que una figura masculina (y ojala joven y buen mozo) resuelva todos nuestros problemas y “llene el agujero de nuestro anhelo” como dice M.Murdock nos toma.
Los dichos populares se hacen cargo de estas creencias, especialmente cuando nos referimos a nuestra pareja. Hablamos de “mi príncipe azul”, “mi cara mitad”, de mi “media naranja…o zapallo”…(fruta o vegetal local). Ya es una avance… ¡
Es la creencia que sin el otro no nos completamos. ¿Tendrá que ser así? ¿Qué pasa con las mujeres que nunca hacen pareja? ¿Destinadas a ser “medio felices o medio infelices”??
¿No será una carga demasiado pesada que le cargamos a nuestras parejas?... Y también una mirada algo despectiva para nosotras mismas, que necesitamos “ser rescatadas” para realizarnos como mujer?
La transformación no viene desde afuera, del rescate, sino desde nuestro propio aprendizaje, manifestándose en evolución y crecimiento.
Es atrevernos a nuestro propio desarrollo y aventura. Es hacernos cargo, es crecer y dejar de ser hijas, y constituirnos en Mujer.
Es dejar de esperar y movernos hacia nuestros sueños.
Cierro esta reflexión con las palabras de inicio del libro de Clara Coria, “El amor no es como nos contaron..ni como lo inventamos”.
" El amor es un misterio y no es mi objetivo develarlo
Me propongo
solamente correr algunos velos que ocultan la utilización que hace la
Sociedad patriarcal de dicho misterio para
Mantener a las mujeres
prisioneras de ilusiones
Inalcanzables en las que se pierden a sí misas, y a
los varones
Copartícipes de complicidades que los
Mutila también a
ellos.
Muchas mujeres cuidan a los hombres como si fueran
Sus hijos,
pero les reclaman como a padres, y muchos varones
Tratan a las mujeres como
hijas exigiéndoles como a
Madres. "